La tiflotecnología es la adaptación y accesibilidad de las tecnologías de la información y comunicación para su utilización y aprovechamiento por parte de las personas con ceguera o deficiencia visual. Tiflo es una palabra de origen griego que significa 'ciego', en la que se ha inspirado la ONCE para denominar a su Museo Tiflológico y a los premios literarios Tiflos.
El término Tiflotecnología, se incorpora al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española en 2008, donde se define como el "estudio de la adaptación de procedimientos y técnicas para su utilización por los ciegos".
Es difícil determinar una fecha concreta como origen de la Tiflotecnología, siendo quizás la Tiflomecánica e inventos que intentarán ayudar a los ciegos en este ámbito, los preludios de la misma. Nos remontamos entonces al primer prototipo de una máquina parlante en 1791 (Wolfgang von Kempelen 1734-1804), o a la aparición del Rafígrafo de Foucault en 1841 (Francois-Pierre Foucault) siguiendo una idea de Louis Braille.
A principios del siglo XX llega a España una de las primera máquinas de escribir en Braille, una Picht de tecnología alemana (Oscar Picht 1871-1945). En 1962 surgen los primeros libros hablados, permitiendo escuchar textos a los ciegos que les narraban locutores o familiares en cintas abiertas. Uno de los primeros fue de la marca Clarcke & Smith y se reproducían gracias a sus 18 pistas en un sistema denominado Sistema A. En 1970 aparece la microelectrónica y en muy poco tiempo nace la Tiflotecnología en España (ONCE; 2009).
Hoy por hoy nadie duda de la importancia y de las posibilidades que ofrecen las tecnologías de la información y de la comunicación. Aunque según el dicho popular «nada ni nadie es imprescindible», hemos de reconocer que esto no es del todo cierto, ya que actualmente las TIC, en términos generales, contribuyen a facilitar y acceder a un gran volumen de información, y se consideran impulsoras de la denominada sociedad del conocimiento.
A pesar de la dificultad que supone el acceso a las nuevas tecnologías para personas ciegas o deficientes visuales, en la actualidad son una herramienta básica en el ámbito educativo para la inclusión de estas personas en la sociedad, también en el ámbito del ocio (leer prensa, acceso a Internet…) y en el campo laboral, con la adaptación a puestos de trabajo. Como en el caso del informático titular del Ayto.de Totana, que es ciego total. Esto, indudablemente, lleva a que se estén implementando recursos tecnológicos que de forma progresiva contribuyen a que las personas con discapacidad puedan beneficiarse de las TIC y, por ende, de las posibilidades que las diversas tecnologías ofrecen, así como aprovechar las bondades que brindan ya sea para la vida diaria, para la formación o para el desarrollo profesional y laboral.
Sin embargo, de la misma manera que los avances tecnológicos se hacen visibles, la conciencia ciudadana y de los organismos estatales también crece a la par, gracias a lo que, tanto las ayudas tecnológicas para estas personas discapacitadas deben de tenerse en cuenta en sus estudios y van siguiendo una línea de desarrollo, para la igualdad de oportunidades, en el contexto de la sociedad plural y democrática en la que vivimos.
Al hablar de tiflotecnología ineludiblemente debemos hacer referencia a la ONCE, concretamente al CIDAT, el Centro de Investigación, Desarrollo y Aplicación Tiflotécnica.
(Logo de Jaws; programa de síntesis de voz, el cual yo utilizo.)
A través del CIDAT, la ONCE facilita a sus afiliados los medios tiflotécnicos necesarios para el desempeño en los diferentes ámbitos de la vida cotidiana, ya sea para el contexto educativo, laboral, de ocio, cultural. A través del CIDAT la ONCE proporciona, por ejemplo, a los afiliados que lo necesiten los recursos tecnológicos necesarios para adaptar su puesto de trabajo y realizar sus funciones laborales en igualdad de condiciones que el resto de los trabajadores. Del mismo modo, los afiliados, dependiendo del puesto de trabajo, reciben asesoramiento sobre los dispositivos y el funcionamiento que mejor se ajusta a sus necesidades concretas.
Pero al hablar de medios tiflotécnicos debemos diferenciar entre los previstos para personas ciegas y los diseñados para personas con restos visuales, aunque no hay que olvidar que a veces los equipos y los programas que se utilizan son dispositivos estándar, en combinación o con la conexión de equipos específicos para invidentes, ya sea en el hardware o a través de la utilización de software general o específico.
No puedo concluir este post sin mencionar a mi profesor de Tiflotecnología, Cayetano Meroño, natural de Murcia, el cual entra a formar parte en la historia de los avances tecnológicos cuando en 1992 nacía el Habla, uno de los programas más sencillos, eficaces y utilizados en nuestro país, fruto de un entusiasta instructor tiflotécnico de la delegación de Murcia de la ONCE, el mismo Cayetano Meroño, quien se da cuenta gracias a un alumno de que los sintetizadores existentes no distinguían suficientemente a nivel fonético algunas letras como la 'p' y la 'd'. Decide entonces ponerse a trabajar en un programa que mediante ensamblador redirija correctamente los elementos conflictivos al Braille Hablado. Un año más tarde la ONCE lo empieza a distribuir oficialmente, extendiéndose posteriormente con diferentes versiones para todos los sintetizadores de voz, anotadores existentes y ordenadores compatibles.
Gracias a él, hoy yo estoy delante del ordenador.
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